Accord de coopéracion militaire e-u/colombie (en espagnol)
La ultima década vio nacer en América latina múltiples gobiernos soberanistas cuyo rechazo de la influencia estadounidense se acompaño de una voluntad de integración regional en un proceso independiente del hegemon. Siendo América latina una región tradicionalmente e históricamente bajo una fuerte influencia estadounidense desde el siglo XIX, los pujos de integración de los gobiernos soberanistas se enfrenten obviamente a los intereses norte-americanos y a los de sus aliados que siguen asociando su suerte a la de la potencia mundial del momento.
El caso de Colombia es central en la situación geopolítica de América latina, en efecto, el Plan Colombia -iniciado en la administración Pastrana a finales del siglo XX y fortalecido bajo el gobierno Uribe desde 2002- hizo de este país el aliado estratégico más importante de Estados Unidos en la región. La estrategia estadounidense para mantener su importancia en Suramérica se hace entonces a través de su influencia política e militar en este país, lo que se concretiza con el acuerdo de cooperación militar que le permite instalarse militarmente en siete bases colombianas con la ventaja suplementaria de estar presente físicamente en un país que tiene unos de los recursos vegetales y acuíferos mas importantes del planeta.
El rol de Colombia es desde pocos años determinante en el equilibrio regional. Eso se pudo observar en el caso representativo del ataque del ejército colombiano a las FARC en territorio ecuatoriano. Como lo comenta Carlos Gabetta este acto en contra de la soberanía ecuatoriana hubiera podido hacer grandes daños al proceso de integración regional que se está llevando a cabo bajo la influencia de la potencia regional y mundial brasileña y con países tan importantes como Argentina, Venezuela, Chile, Ecuador y Bolivia1 si estos últimos no hubieran reaccionado tan rápidamente para