10/11/12

El bien estar económico alcanzó a muchas capas de la población: Argentina, Uruguay etc…, o sólo a las capas superiores. => Sensación de estabilidad. Las instituciones se mantenían.
En cuanto a las relaciones jurídicas => las sociedades estaban ya adoptadas al sistema (de modelo francés): principio de ciudadanía.
Sirvió como elemento de activación, de solidaridad, pero su uso ya no tenía la función de subrayar esencia de Estado, delimitándole el antiguo poder español.
A comienzos del siglo XX, se trató de conceptualizar una política que intentó borrar las diferencias. Promesa de tu igualdad. Se reforzó con la frase: “Libertad, Igualdad, Fraternidad”. Esta fórmula puso ya a mediados del siglo XIX, los fundamentos del Estado moderno en América-latina.
Los acontecimientos que tuvieron lugar en Europa despertaron lógicamente la consciencia respeto a este enfoque jurídico. Resultó decisivo para su empleo, el hecho de que este pudo caracterizar la esencia misma de la nación. Varios grupos sociales, hasta este momento, discriminados comenzaron a expresar sus propuestos políticos. (cf.Koni)
Según él => la noción de fraternidad alude al sentimiento cristiano, al sentido de la familia en una tierra con tradición católica, con fuertes lazos familiares. La familia correspondía exactamente a la realidad jurídica. Gracias a esta fórmula, fue posible establecer una relación entre los preceptos eclesiásticos y la democracia. El concepto de democracia venía directamente de la doctrina cristiana.
Así mismo, hay que señalar que esa construcción de América latina como un conjunto de naciones formados por ciudadanos, mostró la puesta en marcha de una auténtica ideológica política-identitaria.
Por ejemplo
=> En Colombia, el concepto de la igualdad ciudadana se presentó como una ideología, una manera para formar la identidad. Y sobre todo, promover la integración de las diferentes capas sociales. Modernidad apoyada por la eclesiástica.
El estatus de ciudadano