De amor y de sombra
La narradora evoca a través de la poesía, el infierno que vida Javier. Podemos comparárselo a un fantasma. Javier habría aceptado cualquier mismo empleo más desvalorizando y menos pagado, si se le hubiera dejado la ocasión. Para Javier, el dinero (plata) no tiene valor, la sola cosa que contaba para él, era hacerse útil. Como su padre, Javier Leal detenga (guarde) valores morales.
Vivía al margen de la sociedad, no tenía importancia para nadie. Nada más contaba para él, fue obligado a renunciar a sus sueños, sus fines, sus envidias(ganas)... Su malêtre moral y físico provocaba la incomprensión de su familia. Todo el mundo hacía como si de nada era y quería continuar viviendo. Vemos una vez más que Javier parece excluido. Es el único que no puede ir por delante.
Los hijos(hilos) de Javier se desenredaban como puedan para ganar dinero(plata), era por qué, hacían trabajitos... Javier se excluye cada vez más, sin duda por orgullo o por miedo de no ser comprendido por otros. Es más un aislamiento moral si no un aislamiento físico. Somos descritos como alguien que se hunda cada día más en su tristeza y su melancolía. Nadie parece comprenderlo.
Sus relaciones con la gente, se adelgazaban(se rebajaban) cada vez más, hasta volverse inexistente. Tocó el fondo cuando se echó a beber y a despilfarrar(desperdiciar) inútilmente el dinero(plata) tan difícilmente ganado por la familia. El solo esfuerzo que continuaba haciendo era venir cada domingo para ver a sus parientes (padres). Hasta con su mujer, las relaciones se volvían muy duras. Podemos comprender que era