El televisor
Cortan la película, vuelven los anuncios y de repente lo veo todo muy claro. Este televisor no merece quedarse en esta casa ni un minuto más. No puedo esperar hasta mañana para llevarlo al trapero. Seré yo mismo quien esta misma noche o tire a la basura.
Me pongo el pijama y bajo a la calle con el televisor al hombro. El contenedor está en la acera de enfrente. Piso con fuerza el pedal, se levanta la tapa y lanzo el aparato sobre las bolsas de basura. En estos momentos me siento capaz de ponerle un pleito al sol.
Cruzo la calzada de un par de saltos, pero antes de entrar en el portal me dan el alto los policías. Esos cabrones estaban vigilándome desde la esquina, escondidos tras otro contenedor. Me enfocan la cara con la linternas y quieren sabre qué estoy haciendo en la calle a estas horas de la madrugada y además, en pijama.
Hubo un tiempo en que el policía te metía en la cárcel por menos que eso. Levanto las manos y les digo que he bajado a la calle a tirar basura.
-Vamos a ver qué es lo que considera -dice el policía que leva la voz cantante.
Echan un vistazo al contenedor, descubren el televisor y me piden que las acompañe a la comisaría. El policía más alto hace ademán de sacar las esposas. Seguramente estaban buscando a los terroristas de las bombas, pero tienen que conformarse conmigo.
Les digo que me llamo Juan P. y que mi familia es de derechas de todo la vida, pero no se fían. Les digo también que el televisor tenía ya muchas años y los policías intercambian una mirada de inteligencia y estallan en carcajadas. Se burlan de mi pijama on flores y hablan juicios sumárisimos. Cuando les parece que me han metido duficiente miedo en el cuerpo, se dan media vuelta y se marchan calle abajo.
Voici mon résumé:
Este documeto trata de una historia de alguien que tarde de la noche volvía una película interrumpió por los anuncios. No quiere mas guardar su televisor y