La unión europea: formación, ampliación y perspectivas de futuro.
1.-Antecedentes históricos de la Unión Europea.
Tras la reunificación de Alemania, en octubre de 1990, la Comunidad Económica Europea ocupaba una superficie de 2.369.000 km2 que tras la incorporación de Austria, Suecia y Finlandia en 1995 se elevó a algo más de 3.240.000 km2, sobre los que habitaban alrededor de 370 millones de habitantes. Tras la ampliación de mayo de 2004 y la más reciente de enero de 2007, la superficie de la Unión Europea (27) creció a 4.320.000 km2, con una población de 486 millones de habitantes y una densidad de 112 hab/km2. Semejantes cifras invitan ya de entrada a pensar que lejos de presentar una homogeneidad, la porción del continente europeo incluida dentro del espacio político y económico de la Unión, ofrece grandes contrastes territoriales, determinados en parte por diferencias ecológicas enormes.
A este respecto, no debemos olvidar que en latitud todo este espacio se extiende desde la Laponia finlandesa, por encima del Círculo Polar Ártico, a la Isla de Creta a 35º de latitud norte, mientras que en longitud se extiende desde los 11º Oeste en la costa occidental de Irlanda, hasta los 29º Este en las Islas Griegas de Catellorizo, al sur de Anatolia.
Las implicaciones climáticas y, por ende las ecológicas, resultan de gran importancia en la diferenciación regional, articulándose todo este espacio a partir de una serie de penínsulas como la Ibérica, la Itálica, Balcánica, Escandinava, etc, donde alternan en dialéctica permanente, llanuras y cuencas sedimentarias, con penillanuras y montañas antiguas arrasadas, y grandes unidades de relieve, en las cuales la tectónica alpina ha erigido imponentes desniveles estructurales constituidos las más de las veces en umbrales ecológicos. Este espacio, según sus posibilidades naturales, ha sido organizado por las diferentes sociedades europeas, dando lugar a unos sistemas de poblamiento, a unas actividades económicas, y a