Musée
133
Roberto Cossa habla del teatro*
Sharon Magnarelli
Desde tu punto de vista, ¿cuál de tus obras ha tenido más éxito, no necesariamente económico, sino personal? Yo creo que no podría hablar de una. Nuestro fin de semana lo fue en el sentido personal porque yo era un desconocido. Nadie sabía que existía y realmente me colocó en un primer plano acá. Yo creo que hoy la obra está envejecida, pero en ese momento, por todo lo que te decía, fue realmente un acontecimiento. Después otra obra que realmente me dejó mucho fue La nona. Fue un éxito grande de publico, pero también yo hacía seis años que había dejado de escribir. Y la pieza que quizás hoy más se menciona o más se reconoce es El viejo criado. Tú me dijiste que no vas a ver las puestas de tus piezas, pero ¿vas al teatro a ver piezas que no son tuyas? Sí, voy al teatro bastante. ¿Hay algún dramaturgo que te guste más que otro, alguna predilección? Sí, hay. Yo tengo una predilección especial, quizás por influencia. Yo advierto desde mi punto de partida tres influencias netas: una es la de Arthur Miller, más diría yo, La muerte de un viajante, que cuando yo tenía dieciséis años fue la obra que me volcó al teatro. No sé si lo dije en ese momento, pero hoy me doy cuenta que tomé una decisión. M e decidí que quise ser algo en el teatro en ese momento, actor, algo, pero quiero ser con el teatro. Y Chejov, que fue otro autor que realmente más allá de calidades es un autor que me toca mucho; y entre los rioplatenses, Florencio Sánchez. Esos tres autores al comienzo me marcaron mucho. Después con el tiempo aparecieron otras corrientes: entre los argentinos, Discépolo; entre las mundiales, me gusta mucho Beckett. M e parece un autor inteligente. Curiosamente no es un autor que me emocione. Hay gente que con Esperando a Godot ha salido realmente emocionada. A mi más bien me afecta en el sentido intelectual, pero reconozco que en El viejo
134
LATIN AMERICAN THEATRE REVIEW
criado con esos dos