La escena pasa entre tres personas.
Dos son apasionadas por el fútbol. Una es para el club de FC Barcelona, otra para el club de su pequeña ciudad. Quieren convertir la tercera al fútbol. Pero, ella tiene una idea muy definida sobre este deporte… L y M están escuchando una partida por el teléfono de L.
A: ¡El fútbol es de la mierda!
L apaga su teléfono.
M + L : ¿Que dices? ¡No!
A : Francamente, ¿Qué es bueno en esta cosa?
L : “Esta cosa”, como dices, ¡es un deporte que reúne muchas personas!
A : ¡Si! ¡Y sobre todo mucho dinero!
M : los traslados son caros, pero es una parte del fútbol…
L : Eso no existe en los pequeños clubes.
M : Pff… ¡Que porquería!
L : ¿Qué? ¡Nuestro fútbol guarda sus valores!
M : ¡A nuestro también!
A : ¡ Si ! El odia entre los hinchas es un buen ejemplo de sus valores… ¡Me encanta ver personas que se pelean a la salida del estadio!
M : No nos pelamos en mi club.
L : Ah… Así, cuando vemos personas llevando maillotes rayados azul y rojo en los palos, no son los reales hinchas de Barcelona…
M : ¡Por los menos, tenemos maillotes! No tenéis gorra, bufanda, banderola… ¡Nada!
L : ¡No los necesitamos!
M : ¡Es sobre todo que no tenéis dinero para hinchar el equipo!
A : ¡Ved! Revolvemos sobre el dinero.
L : No. Prefiere la atmosfera de los pequeños clubes por eso: ¡No necesitan la envergadura atribuida a los grandes clubes!
M : Por eso, no sois conocidos.
A : Al mismo tiempo, vemos los jugadores más frecuente en las publicidades que sobre un campo de fútbol…
M : Sí pero esto no impiden que juegan bien.
L : Sí pero tus jugadores son más conocidos en las publicidades de loción para después del afeitado que por su talento de jugador.
A : El fútbol es un negocios que toman las hinchas por idiotas, mirate. Pagas una fortuna para ir a ver partidos y comprar equipos