Mi 11 de marzo

1. De Zaragoza, salí el día martes por la madrugada. Me esperaban dos días en Segovia. 2. Y el jueves, muy temprano salía para Madrid. Normalmente cojo el tren de cercanías. 3. Me gusta mucho ver la sierra con nieve, como se queda lentamente reflejada desde y 4. en la ventanilla. 5. Pero tenía sueño. Y el tren salía media hora antes que el bus y los dos llegaban a la 6. misma hora. A las 8 de la mañana del 11 de marzo. 7. No entendíamos nada. Llegar a Madrid y que de repente todo se llenara de sirenas. 8. Dos carros, de esos negros de la policía anti-disturbios, se atravesaron en la carretera. 9. El chofer encendió la radio. Atentado, atentado en Madrid! ¿Dónde? La policía que 10. muy atenta, pedía documentos, para poder seguir, revisaban tus maletas y te 11. recomendaban volver a tu casa, si podías. Ambulancias, bomberos. En Moncloa, 12. donde nos cortaron el paso, todo era caos. De la boca del metro salían personas 13. desorientadas, que habían cogido la primera línea para salir a la superficie y llamar. 14. “¡Que mi mujer no este en Atocha!¡Que mi hijo no haya ido a clases!” 15. Lo raro, era el comportamiento de la gente. Madrid que normalmente, por lo menos a 16. mis ojos extranjeros, va a su puta bola, encerrada en sus libros o periódicos. Levantaba 17. la cabeza, hablaba con quien sea, prestaba el móvil. Calmaba a los nerviosos. Se 18. humanizaba. Como dice Manuel Rivas, “el dolor estaba en la boca de todos” y se 19. materializaba en palabras de consuelo. 20. Compartías el taxi para el aeropuerto. Al correr de la mañana, compartías la desazón, 21. el cabreo, la bronca, la impotencia. 22. Salir para Málaga, llegar y encontrar que el duelo había suspendido la gira . 23. Era lógico, no había Garrick, que pudiera hacer reír. había otro macabro bufón que nos 24. había puesto a todos de protagonistas en el medio de la peor tragedia.