Literatura espanola
1. Poner de realce las relaciones que tiene esta secuencia con el resto de la novela.
El principio de El embrujo de Shanghai cumple con las funciones tradicionales del incipit de una novela, o sea: • Abrir el espacio de la ficción: constituye el umbral de la novela. Se trata de la toma de palabra de un narrador ficticio que está relatando lo que pasa / pasó en este mundo ficticio. → El narrador Daniel aparece desde la segunda línea, mediante « mí ». La relación establecida desde el principio con el capitán Blay (« dijo el capitán Blay caminando delante de mí ») aclara la novela mediante los verbos « decir » y « caminar »: el adulto cuenta y el niño lo acompaña para vigilar sus caminatas por la ciudad. • En general, el incipit es un fragmento textual que, por su posición, entretiene unas relaciones de tipo metonímico con el texto que sigue. Una parte es el condensado del conjunto. Es, pues, un lugar de orientación, y, sobre todo, como lo vamos a ver, una referencia constante en el resto de la novela. Podríamos valernos de una metáfora musical: un tema, sencillo, y unas variaciones. La relación metonímica y la metáfora musical son particularmente operantes en El embrujo de Shanghai: • Podemos destacar tres elementos textuales: dos de ellos se encuentran en la primera frase: « sueños », « boca » / el tercero es, por supuesto, el gas. • La primera frase resume el argumento de la novela. Esta es la historia de unos niños engañados por los adultos que les presentan falsos sueños. Relación sueño – infancia – memoria / relato – mentira – adulto. La primera frase es, pues, la clave, el eje de la novela.
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Repaso por las distintas ocurrencias de « sueño » y « boca » en El embrujo de Shanghai:
SUEÑO
Sueños del Daniel chico:
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El capitán Blay
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Susana: un ser del sueño
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I, 1 (p 14): Daniel y la ensoñación « Me encontraba por aquel entonces en una