Los años post guerra
Artículo principal: España en la Segunda Guerra Mundial
El último parte de guerra, firmado por el general Franco, el 1 de abril de 1939.
España había perdido en la Guerra Civil una parte significativa de su población y de su capacidad productiva. La escasez multiplicó las situaciones de hambre y perpetuaron la miseria extrema. La situación empeoró porque meses después de acabar la guerra civil empezó la Segunda Guerra Mundial de 1939-1945.
España se declaró no beligerante en la guerra mundial, pero participó en ella de manera indirecta. En un primer momento manifestó su apoyo a la Italia fascista y a la Alemania nazi, pero evitando siempre la participación directa en la guerra. Tras la entrevista de Hendaya, la actuación más significativa fue la movilización de españoles, voluntarios o movidos por otras circunstancias, para la división 250 de la Wehrmacht, División Azul, que combatió contra la Unión Soviética.
Mientras tanto España mostraba a los aliados una posición de neutralidad, que se fue haciendo más clara conforme la situación fue favoreciendo a éstos. Sin embargo la posición ambigua de España llevó a que la victoria aliada supusiera el aislamiento internacional del régimen. Las democracias occidentales no defendieron a la República Española y, tras la Guerra Mundial, se reconstruyó Europa Occidental siguiendo el Plan Marshall, pero no España ni Portugal.
Desde el final de la guerra en 1939 existe una resistencia armada a la dictadura por parte del maquis, grupos guerrilleros que actuaron principalmente en zonas rurales y de montaña. El máximo de su actividad se dio en la segunda mitad de la década de 1940. A principios de los 50 la guerrilla en España se encuentra en franco declive. En 1952 se procede a una evacuación general hacia Francia. Desde esa fecha hasta 1965 sólo perviven partidas cada vez más aisladas.
La política económica de la época siguió el modelo de autarquía que sostuvo con relativo éxito las