Smitson
El Land Art surgió de un mundo artístico que a mediados de los sesenta estaba intentando romper con el culto a la expresión personalizada y transcendental, encarnada en la abstracción estadounidense posterior a la Segunda Guerra Mundial. En su celebración de los residuos culturales producidos en masa, tales como muebles domésticos, latas de sopa o cómics, el arte pop representaba la antítesis del entorno prístino e insobornable de los lienzos vanguardistas. De forma similar, el arte procesual, el arte de sistemas y por último el Land Art proponen su propio tipo de analogía escultural en esta reconsideración de las pretensiones de aislamiento y pureza aducidas en nombre del gesto artístico. Los enfoques conceptuales que surgieron entonces cuestionaban nociones establecidas del objeto artístico, así como la autoridad de su contexto. Los artistas encontraron alternativas a la galería o al museo validando otro tipo de edificaciones urbanas o trabajando al aire libre.
“La insatisfacción con los logros del sistema social y político vigente se traduce en una desgana por producir mercancías que gratifiquen y perpetúen dicho sistema”, escribió la crítica Barbara Rose en un artículo publicado en 1969 en Artforum. Aquí se funden las esferas de la ética y la estética[1]. Al situar un programa estético cada vez más anticanónico en el contexto del sistema social, político y económico preponderante. El auge del ecologismo, el feminismo y las estrategias políticas descentralizadas estimuló vivamente formas de arte político. La amplia gama de obras ejecutadas en el ámbito paisajístico participaba de un desafío programático a la ortodoxia social valiéndose de un objeto artístico prácticamente sin parangón en el siglo XX.
La segunda mitad de los sesenta se sucedieron los primeros reveses políticos nacionales ( movimiento hippie) como internacionales( guerra de Vietnam), los asesinatos de Martín Luther King Jr. y de Robert Kennedy, de las manifestaciones a favor