Una gitana en la esfera del poder
« El pueblo gitano ha sido hasta ahora un pueblo mudo al que nunca se ha permitido hablar. » Quien así se expresa va a ser, en adelante, una de sus voces públicas. Pilar Heredia, de 41 años, será la primera mujer gitana que ocupe un cargo institucional en el Gobierno : el jueves pasado fue contratada como asesora1 en el Instituto de la Mujer, organismo adscrito al Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Se ocupará, en concreto, de los problemas de las minorías étnicas. En España hay 450.000 gitanos (el 1% de la población, aproximadamente), pero apenas están representados en las instituciones. En Andalucía, donde vive casi la mitad, no hay ningún diputado de esta etnia. « Con chufla y rechufla 2» es como cree Heredia que se tratan todavía su cultura y tradiciones. « Se nos ve como delincuentes, incultos », se lamenta. « El desconocimiento es el gran problema que padece nuestro pueblo. » Acusa, en parte, a los medios de comunicación. « Cuando hay un delincuente gitano, en las noticias se hace hincapié en ello3, cuando es irrelevante para la información », opina. « Y la consecuencia es que aumenta el racismo ; la sociedad nos criminaliza a todos nosotros ». Lleva muchos años peleando para que los gitanos puedan ser « españoles de pleno derecho », relata. « Voy a ser el hilo conductor, el puente ente las administraciones y el pueblo gitano, para hacerlo visible y digno, para que se escuche nuestra voz en ámbitos hasta ahora vetados4 ». Su labor será, también, combatir las dificultades específicas de las mujeres. « Sobre todo de falta de formación y de acceso al trabajo », indica. « Hay que hacer todo lo posible para que las niñas gitanas no abandonen la escuela a los 12 o 13 años, y eso hay que trabajarlo en el propio ámbito familiar ». Pero tiene claro que las cosas tienen que cambiarlas ellos, desde dentro. « De nada sirve que vengan los payos a decirnos lo que tenemos que hacer. Los referentes tienen que ser