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Una gitana en la esfera del poder
Pilar Heredia es la primera mujer gitana que accede a un cargo institucional en el Gobierno
"El pueblo gitano ha sido hasta ahora un pueblo mudo1, amordazado2, al que nunca se ha permitido hablar". Quien así se expresa se llama Pilar Heredia, de 41 años. Será la primera mujer gitana que ocupe un cargo institucional en el Gobierno. Se ocupará, en concreto, de los problemas de las minorías étnicas.
En España hay 450.000 gitanos (el 1% de la población, aproximadamente), pero apenas están representados en las instituciones. En Andalucía, donde vive casi la mitad, no hay ningún diputado de esta etnia. "Con chufla3 y rechufla" es como cree Heredia que se tratan todavía su cultura y tradiciones. "Todos se creen con derecho a burlarse4 de cualquiera de nuestras costumbres". No sólo protesta por las risas, sino, sobre todo, por el desprecio5. "Se nos ve como delincuentes, chabolistas6, incultos, bichos raros7", se lamenta. "El desconocimiento es el gran problema que padece8 nuestro pueblo". Acusa, en parte, a los medios de comunicación. "Cuando hay un delincuente gitano, en las noticias se hace mucho hincapié en ello, cuando es irrelevante para la información", opina. "Y la consecuencia es que aumenta el racismo; la sociedad nos criminaliza a todos nosotros".
Esta toledana criada en Getafe (Madrid) lleva muchos años peleando9 para que los gitanos puedan ser
"españoles de pleno derecho", relata. Se presentó en las listas del PSOE a las elecciones autonómicas madrileñas de 2003 y a las generales de 2004: fue la primera gitana candidata al Congreso de los
Diputados. "Por pura necesidad, para que dejaran de hablar en nuestro nombre y por nosotros, como si fuéramos menores de edad", explica. No salió elegida, pero continuó su batalla en la Asociación Gitana
Yerbabuena.
Ahora está exultante. "Voy a ser el hilo conductor, el puente entre las administraciones y el pueblo