Comprad humanos, compard
Así, cada mañana, los humanos nos despertamos en un mundo dispuesto a enviarnos unos mil mensajes publicitarios que alimentan la creencia de que adquiriendo productos alcanzaremos la felicidad, seremos más admirados, más deseados...
Ya no existen los viejos ultramarinos. Ahora el consumidor coge personalmente los artículos que desea. Antes se abonaba siempre en metálico. Ahora las tarjetas han sustituido a monedas y billetes. Antes los dueños de las tiendas se fiaban de su intuición para colocar la mercancía. Ahora nada se deja al azar. Los expertos de marketing insisten en la importancia del entorno que rodea al producto y que, en gran medida, puede conditionar la decisión final del consumidor. "La luz intensa atrae a los compradores hacia el lugar del establecimiento donde ésta se encuentre. Los colores suaves en la decoración invitan a los clientes a permanecer en el local, a recrearse.
La música ambiental suave tiene un efecto similar", apunta Rafael Muñiz. "Es como caer en una nube, donde hasta la temperatura del establecimiento te alivia, justo en el momento en el que franqueas la puerta, del frío o el calor que en ese instante se fuera. Así es más fácil que el cliente se encuentre predispuesto a comprar", añade.
Ahora mismo el mercado no es la lucha de productos, ni siquiera de precios, sino de la percepción que de esos bienes reciben los consumidores : el 29% de las compras son impulsivas y en el 65% de los casos, la decisión se toma dentro del punto de venta. Un dato más: en las tiendas de ropa, el modelo que más se vende es precisamente el que llevan esos vendedores jóvenes, altos, guapos y de