La obra poética de miguel de cervantes
Se ha querido ver en Cervantes una trayectoria poética sin apenas evolución estilística. Sin embargo, E. L. Rivers distingue dos épocas en la poesía cervantina. La primera llegaría hasta finales del siglo XVI. La segunda comienza con . Es más, Rivers insiste en un nítido cambio:
Son innumerables los ecos de la poesía garcilasiana que se encuentran esparcidos a lo largo de la obra cervantina, tanto en su prosa como en su poesía [...]. Pero el Cervantes maduro mira con ojos irónicos todos los mitos, tanto los pastoriles como los heroicos; los sueños literarios del Renacimiento van cediendo paso en Cervantes a un humorístico desengaño barroco.
Por otra parte, y como era habitual en los Siglos de Oro, encontramos en la poesía cervantina dos corrientes fundamentales, cultivadas simultáneamente: la italianizante y la tradicional. En la línea italianizante, a la manera de Garcilaso -y también de Fray Luis de León y Herrera-, hay que destacar los sonetos (sueltos o incluidos en sus obras en prosa), los poemas pastoriles que aparecen en La Galatea (égloga, canción, elegía), el Canto de Caliope (en octavas reales), la Epístola a Mateo Vázquez (en tercetos), las dos canciones a la Armada Invencible (en estancias) y el Viaje del Parnaso (en tercetos). En la línea tradicional, sobresalen los romances y también hay que mencionar las cancioncillas, letrillas, glosas y villancicos, incluidos en sus obras narrativas (especialmente en las Novelas ejemplares) y dramáticas.
Terminamos con unas ejemplos representativos de las dos vertientes líricas anteriormente comentadas: el romance y el soneto .
LOS CELOS
Yace donde el sol se pone, entre dos tajadas peñas, una entrada de un abismo, quiero decir, una cueva profunda, lóbrega, escura, aquí mojada, allí seca, propio albergue de la noche, del horror y las tinieblas. Por la boca sale un aire que al alma