Queria Usted Algo

miraban con asombro y hasta con admiración el lujo que se ostentaba ante sus ojos. Más tarde comprendí aquella admiración y aquel asombro, pues, al ponerme a observar yo también, advertí sin dificultad que estaba en la casa de una entretenida. Y si hay algo que las mujeres de mundo desean ver ––y allí había mujeres de mundoes el interior de las casas de esas mujeres, cuyos carruajes salpican . los suyos a diario; que tienen, como ellas y a su lado, un palco en la Opera y en los Italianos, y que ostentan

abrió la puerta y mijita qué le pasa, mi papá entró con Taylor y Fernández, los policías encargados de cuidar mi casa, y también estaba Carevaca, mi hermanito y las sirvientas Fidelina, Efigenia y Francisca que no decían nada, pues cómo iban a decir algo si mi mamá no había dejado de repetir mijita qué le pasa, mijita qué le pasa, mijita qué le pasa. ¿Y yo cómo le iba a poder decir que era que estaba soñando con Miguel Angel? que Angelita no sueña más que en Miguel Angel...Miguel Angel... (EFECTO

arrojaron al mar y que los arrojaron vivos. Ahora es casi imposible que alguien pueda demostrar que sí o que no, pero yo me inclino a creer que sí, ya que la comprobada saña de los amigos de Pedro Luis, aunque todavía nos desconcierte y nos repugne, fue algo real. Durante el primer año de mi llegada a la casa de mis abuelos, todavía a veces soñaba contigo y con él, y no podía evitar un último estremecimiento de cariño. Entonces no sabía toda la verdad. Pero ahora, cuando Pedro Luis se me aparece en sueños

Para ser exactos, murieron seis meses después de que me fui de aquí. Ahora entiendo por qué nunca contestaron mis cartas. Lo primero que hice fue ir a visitarlos. Quise llevarles un ramo de flores, pero todo está tan seco que resulta imposible que algo crezca en estas tierras. Pisé varios huesos mientras caminaba, y lamenté no saber a quiénes pertenecían para pedirles disculpas en silencio. En lo alto de un muro hay ataúdes a medio abrir, y de ellos sobresalen huesos cubiertos por el musgo y las

unos grupos hacia otros, me atrevo a decir que la humanidad ha avanzado significativamente. Puede que para ustedes sea difícil entender el por qué de muchas de las cosas que voy a describirles. Primero, tienen que saber que en mi época existían conflictos permanentemente por las diferencias entre unos y otros. Lo sé, no tiene mucho sentido. Hoy en día las diferencias se conciben como algo bueno. Pero en ese momento, quien era diferente, no era normal y no merecía el respeto de los otros. Por el

este proyecto de currículum verá que, desde que salió del liceo, usted no ha trabajado un peso a nadie (7). - No lo necesitaba. Pero ahora tengo urgencia por trabajar. - ¿Por qué ? - Quiero casarme. - Tenemos en este país cientos de miles de cesantes (8), algunos de ellos con formación técnica o universitaria terminada. ¡Con títulos universitarios y experiencia laboral !... Una temporada en la cárcel, como la que usted tuvo, en el ámbito laboral equivale a un hara-kiri. - ¿No me

¿Qué quiere/es? - ¿Algo mas? - ¿Quiere/es algo mas? - ¿Otra cosa mas? - ¿Qué le/te pongo? Pedir cosas: Quiero - Quería - Me da/as - Dame/Déme - Me pone/es - Póngame/Ponme Identificar las cosas: ¿De cuales le/te pongo? - ¿De estos (as)? Preguntar por el precio: ¿Cuanto es todo? - ¿Cuanto vale? - La cuenta por favor - ¿Cuanto cuesta? Preguntas del camarero: ¿Qué va (an) a tomar? – ¿Qué quieren tomar? – ¿Qué desea/an comer? – ¿Y para beber? – ¿Va (an) a tomar postre? – ¿Y usted? Pedir comida en

Clarisa y el ladron Introduccion. Este texto titulado "Clarisa y el ladron" es un fragmento de un cuento de la novelista chilena Isabel Allende sacado de cuentas de Eva Luna. Nos cuenta la agresion algo particular de una anciana Clarisa en su casa. Consta de 2 partes: relato del desarrollo de la agresion y como se invierten los papeles y en la segunda el caracter humano y caritativo de la victima. I) Desarrollo de la agresion. El cuento empieza con una presentacion de Clarisa que retrata psicologicamente

EN UN MUNDO GLOBALIZADO (*) Fernando Savater _______________________________________________________ Señor Presidente, señoras, señores, queridos amigos: En primer lugar, por supuesto, quiero agradecer el honor y la alegría de poder compartir con ustedes esta tarde. Un honor y una alegría que se tornan mayores si se repara en que inauguro lo que estoy seguro va a ser una serie de intervenciones a cargo de personas seguramente más importantes que yo. A mí me parece una iniciativa excelente, y en sí

también que muchos temas importantes, como el del inconciente, no 2 pudieran estudiarse exhaustivamente en un pasaje único, sino que debieran retomarse una y otra vez para volver a abandonarlos hasta que se presentaba una nueva ocasión de aportar algo a su conocimiento. Quien esté familiarizado con la literatura psicoanalítica hallará en esta «Introducción» muy poco que no pueda serle conocido ya por otras publicaciones, más detalladas. No obstante, la necesidad de redondear y de resumir el tema