Las represalias
Llegó a la aldea un grupo de señoriítos armados de pistolas y vergas.
Nunca habían visto en la aldea gente con tan poca vergüenza. Lo primero que hicieron fue dar una paliza terrible al zapatero. Luego mataron a seis campesinos -entre ellos cuatro de los que vivían en las cuevas- y dejaron los cuerpos a la orilla de la carretera, entre el pueblo y el carasol1. Nadie preguntaba. Nadie comprendía. No había guardias civiles que impidieran todo aquello.
Mosén Millán protestó ante don Valeriano -al que los señoritos habían hecho alcalde- de que hubiesen matado a los seis campesinos sin darles tiempo para confesarse. El cura pasaba el día y parte de la noche rezando.
El pueblo estaba asustado y nadie sabía qué hacer. La Jerónima en el carasol insultaba a los señoritos y pedía para ellos terribles castigos. Paco había desaparecido y lo buscaban. El zapatero apareció muerto en el camino del carasol, asesinado.
Nadie sabía cuando mataban a la gente. Es decir, lo sabían pero nadie lo vela. Lo hacían por la noche y durante el día el pueblo parecía en calma. Entre la aldea y el carasol habían aparecido abandonados cuatro cadáveres más, los cuatro de concejales.
Muchos de los habitantes estaban fuera de la aldea segando2. Sus mujeres seguían yendo al carasol y repetían los nombres de los que iban cayendo.
Alguien dijo que al zapatero lo habían matado porque era agente de Rusia.
Nadie sabía qué era Rusia, y todas pensaban en la yegua3 roja de la tahona4 a la que llamaban así. Pero aquello no tenía sentido. Tampoco lo tenía nada de lo que pasaba en el pueblo. La Jerónima había oído decir que aquellos señoritos iban a matar a todos los que estaban en contra del rey...
Ramón José SÉNDER, Réquiem por un campesino español
Carasol = Solana: endroit ensoleillé
Segar: moissonner
Yegua: jument
Tahona =