Lectura en familia
Rebeca Cerda
Ser humano consiste en la vocación de compartir lo que ya sabemos entre todos, enseñando a los recién llegados al grupo cuanto deben conocer para hacerse socialmente válidos.[i] Fernando Savater
La vida moderna nos presiona para hacer las cosas más rápido. Sin darnos cuenta vamos asimilando dentro de nosotros la presión y la ansiedad como una forma de vida y de pensamiento.
Sin embargo, para los padres de familia hay momentos especiales que no pueden “pasar a la carrera”, nos referimos a los espacios de calidad y cuidado entre padres e hijos cuando un niño o una niña está en el proceso de formar su personalidad, aquellos instantes que son parte valiosa de una educación en plenitud, porque el intercambio paciente y cariñoso permite que los pequeños aprendan como se llega a ser una persona con un pensamiento sensible, emotivo y social, ésta es la única forma de convertirse en parte de la comunidad. Nacemos, pero sólo llegamos a ser humanos en plenitud mediante el contacto, contagio y modelo de otras personas.
El desarrollo humano varía de una manera increíble de persona a persona. La velocidad del proceso es diversa y se ajusta al mundo que rodea al niño; cada etapa de desarrollo depende de cómo se vivieron las etapas anteriores. Es una construcción progresiva y acumulativa, y, aunque casi todos los seres humanos pasamos por etapas mas o menos similares, no lo hacemos a un mismo ritmo, cada uno tiene su propio tiempo para crecer. Para formarse los niños y niñas, van conociendo y desarrollando diferentes habilidades, poco a poco, conforme crecen, se apropian de ellas, las aprenden a manejar, a utilizar en su vida diaria y, lo más sorprendente es que cada niño lo hace de forma diferente.
Vivimos en una sociedad que se comunica, donde es vital para todos los individuos el conocimiento del lenguaje y las distintas habilidades para manejar sus