Introducción a foucault
Kant trata de fundar la razón en la estructura de la subjetividad humana. Pensaba que las representaciones (pensamientos o ideas) eran producto de la mente, pertenecían a un campo epistémico especial: la subjetividad trascendental. Kant mantuvo que el conocimiento no puede ser entendido como una realidad física o histórica, ni tampoco metafísica, sino que encuentra los motivos del conocimiento en un ámbito (el trascendental) más fundamental que las ideas que produce. Nuestro conocimiento establece algo a priori antes de que el objeto nos sea dado por la experiencia (Micieli: 45). En ese sentido, Foucault considera que Kant inicia la modernidad con su esfuerzo por hacer de la finitud el objeto de la reflexión filosófica (Micieli: 48). Foucault insiste en que Kant había proporcionado el argumento para la negación de la "representación". Foucault se opone a la búsqueda kantiana de las estructuras formales. Mediante la introducción de las "estructuras", los “límites”, lo "dado" en esta facultad ilimitada, Kant cerró el espacio que él mismo había abierto. Denomina “antropologismo fundamental del pensamiento moderno” a este intento de pensar la finitud desde la finitud humana (Micieli: 41). Foucault enfatiza el esfuerzo de Kant por darle un fundamento universal al uso de la razón. Por su propia constitución la razón se plantea problemas que no alcanza a resolver (Micieli: 42). Para Kant, el sujeto no tiene modo de conocer a Dios ni las cuestiones metafísicas, es decir, no puede conocer lo trascendente, su poder cognoscitivo es limitado. Pero su estructura de conocimiento reviste formas universales y necesarias, en él se encuentran las condiciones para que el conocimiento progrese al infinito, y por lo tanto el sujeto finito se trasciende en el infinito. Según Foucault, ésta contradicción es el