Politicas publcias redistributivas
POR DONDE EMPEZAR EL ANÁLISIS
Antecedentes
Hemos sido buenos para producir riqueza en nuestras naciones, tal es así que la economía mundial produjo $42 mil millones el 2000, sin embargo esta riqueza no significó grandes cambios en las condiciones de vida de la mayoría de la humanidad. Para el 2005 de seis mil trescientos millones de habitantes, mil millones poseían el 80% de la riqueza mundial.[1] A nivel de países el panorama tampoco es expectante ya que el 20% de los países más ricos posee una riqueza 150 veces superior al 20% de países más pobres. El promedio de ingreso de los 20 países más ricos es 37 veces mayor que el de los 20 más pobres; una brecha que se ha duplicado en los últimos 40 años.[2]
No se puede asumir tampoco que en los países desarrollados las brechas se hayan cerrado o reducido significativamente. Según el PNUD “La distribución sesgada del ingreso coexiste con desigualdades más amplias. Entre el quintil más pobre de los países en desarrollo, las tasas de muerte infantil están disminuyendo a la mitad de la tasa promedio de los más ricos, lo que refleja disparidades profundas en la nutrición y el acceso a servicios de salud”[3]
Para mayores ejemplo en América Latina el 20% de la población posee el 54.24% de la riqueza, para el 2003 habían 225 millones de personas que vivían con ingresos por debajo de la línea de la pobreza[4], esta cantidad ha ido en aumento en los últimos 30 años, si bajo esta afirmación entendemos que se trata del 43.9% de la población latinoamericana aseguraremos que la producción de la riqueza no ha ayudado de manera global a la reducción de la pobreza.
Pero como para el resto del mundo en el caso de América Latina esta situación origina fragilidades en los sistemas democráticos, el informe del PNUD señala que las situaciones de desigualdad son caldo de cultivo para la implantación de facto de gobiernos, y a la vez para el aumento de la delincuencia, reducción del nivel