INTRODUCCION
Las organizaciones son sistemas sociales diseñados para alcanzar ciertas metas y objetivos. Están compuestas por subsistemas interrelacionados que cumplen funciones específicas, personas, tareas y administración, interactuando en el marco de una estructura sistemática para lograr sus objetivos. Los participantes se subordinan a las voluntades de la organización para perseguir una meta común que, en general, implica obtener la sumisión de individuos o grupos externos a la organización.
Debido a ésta reunión de personas, es necesario una regulación del comportamiento y una coordinación en las actividades, de modo que aumente la predisposición de las conductas para la colaboración en la búsqueda de los objetivos. La cooperación entre ellas es esencial para la existencia de la organización.
Una organización sólo existe cuando hay personas capaces de comunicarse y que están dispuestas a actuar conjuntamente para obtener un objetivo común.
Generalmente para lograr esta cooperación, no siempre alcanzan las normas establecidas, sino que se debe recurrir a otros factores, y es aquí cuando surgen conceptos tales como PODER o autoridad.
¿Es sólo una persona, o un rango dentro de la organización, quien ejerce el poder? Habitualmente existe una tendencia a creer que éste se concentra en la cúpula jerárquica de la organización.
En este trabajo se intentará demostrar que esto no es así, sino que existe una amplia lista de personas y grupos de éstas, tanto internas como externas a las organizaciones, que buscan poder para satisfacer sus necesidades, transformando a la organización en el campo de batalla para obtenerlo.
El poder, será tratado aquí dentro del marco de las organizaciones, y del entorno de las mismas, basándonos el la teoría organizacional de Henry Mintzberg. Esta teoría se funda sobre el principio de que los comportamientos dentro de una organización, corresponden a un juego de poder en el cual diferentes jugadores, llamados poseedores de