Candide et l'utopie
Se trata de una familia quien vivía en Madrid en los 60. Esta familia constaba de un padre, Martín, de su mujer Pilar y de su hijo Pablo. Lo preciso es que Pilar estuviera harta de compartir la vivienda con sus suegros ya que ésta estaba en el sótano de un edificio. Entonces Pilar decidió comprometerse en la compra de un nuevo piso para el que dio un adelanto de 6000 pesetas. Sin embargo, lo hizo sin que su marido lo supiera (o se enterara) y por lo demás había sido despedido de su trabajo en la Pegaso. Cuando éste se dio cuenta de lo que hizo su mujer se puso nervioso porque aún no podría ni recuperar su inversión ni seguir pagando para el piso. Pilar falsificó la firma de su marido porque la firma de su marido era la única que posibilitara la compra. ( En aquel entonces la mujer no tenía ningún reconocimiento jurídico). La verdad es que el marido no podía costearse ese piso…
Lo que acarreó que Martín se decidiera a irse a Suiza con su amigo Marcos sin contrato de trabajo. Entraron a Suiza como turistas. La verdad es que fueron a Suiza para ganar dinero y no para hacer turismo…
Lo interesante en su primer viaje a Suiza fue que en el tren el revisor le pidiera la documentación a cada uno y que un militar no pudiera presentarla porque era un desertor. En la frontera los controladores registraban los equipajes porque tenían miedo de que se introdujera carne contaminada. También en el tren suizo Marcos tiró un papel al suelo y una mujer anciana fue a recogerlo para que ellos comprendieran que lo de tirar las cosas al suelo estaba mal y que se respetaba la limpieza de la vía pública.
Al llegar a Suiza fue la primera vez que estuvieran en contacto con una cultura diferente de la suya. Los dos hombres fueron descubriendo costumbres diferentes y sorprendentes.
Lo particular era que toda la gente se saludara aunque no se conociera.
Lo gracioso era que existieran espacios propios para la gente que quisiera estar o ponerse desnuda…