El abuelo
El documento que me toca estudiar es un artículo de prensa cuya autora es Rosa Montero, famosa en España no sólo por sus artículos en los periódicos en los que comenta la actualidad política y social sino también por sus novelas. Este artículo fue publicado el 29 de julio de 1990 en El País.
Aquí, se plantea el problema de la vejez a través del abandono de un abuelo.
El texto se puede dividir en dos partes, (siendo la primera parte un poco más larga que la primera). La primera parte va desde el principio hasta la línea 56 y nos presenta la situación : la escritora recalca el encuentro entre los dos protagonistas y esboza un retrato tanto moral como físico del anciano.La segunda parte trata más bien de Mariano, el dependiente de la gasolinera, de su carácter, de su falta de comprensión y por fin de sus reacciones al darse cuenta de lo sucedido.
Al principio del texto, nos enteramos de que la escena pasa al principio de las vacaciones de verano en una gasolinera. La gente se va de vacaciones y en la gasolinera hay “mucho movimiento” (línea 2) y verdaderas “filas de acalorados automovilistas” (línea 25). Podemos suponer que todos están alegres ya que van a disfrutar del verano. En medio de tanto bullicio, como ya lo he dicho, los protagonistas son Mariano, el dependiente de la estación de servicio y un anciano cuyo nombre quedará totalmente desconocido hasta el final del texto. En efecto, a lo largo del documento Rosa Montero se valdrá únicamente de dos términos para aludir al hombre: “el viejo” y “el anciano”. Muy rápidamente éste aparece como una víctima. En efecto, físicamente parece débil, como lo vemos con la frase “era puro pellejo y huesos, una menudencia casi transparente”. Es un hombre “alto”, más alto que Mariano (“le sacaba por lo menos media cabeza a Mariano”), pero también delgadito. Además sufre por el calor. Esto lo vemos en las líneas 15 y 16: “tenía la frente cubierta de gotitas de sudor y la calva congestionada y con manchones