Con Amor y pedagogía había intentado crear un nuevo género que uniera novela y filosofía al que llamó "nivola". Con Niebla este género queda fijado: prescinde de todo lo externo y se centra sólo en la intimidad.

Aspectos temáticos:

Ricardo Gullón escribe: "Niebla es la novela del absurdo existencial, del hombre perdido en la angustia de una vida sin finalidad". Esta novela es fruto de su tiempo, de la crisis del positivismo de base racionalista y triunfo del irracionalismo donde el pensamiento gira en torno a la existencia humana que es dolor (Schopenhauer), angustia (Kierkegaard) o las ideas kafkianas del hombre perdido en un mundo inexplicable.

Augusto se nos presenta como un individuo extraño, siempre divagando desde el cap. 1: "Augusto no era un caminante, sino un paseante de la vida"; "Esperaré a que pase un perro y lo seguiré". Pasa Eugenia y sigue esos ojos que lo despiertan del largo letargo que era su vida. Es un mero espectador de la vida, desde su postura de solterón acomodado y ocioso. Cuando conoce a Eugenia y se da cuenta de su carácter decidido, firme, con voluntad... sufre una conmoción, comienzan sus cavilaciones y desasosiegos, pero al menos se siente vivo. El amor deshace la niebla de la existencia: "amo, ergo sum" (cap. 7).

El principal tema de la novela es la relación entre el autor y sus personajes (el famoso cap 31), es decir, entre Dios y sus criaturas. Se compara la vida con una novela. Unamuno nos muestra a través de la vida de Augusto la precariedad de la existencia humana. Augusto no es más que un ente de ficción creado por el autor, igual que Unamuno y todos nosotros somos también personajes de ficción creados por Dios. "Mire mi querido don Miguel, no vaya a ser que sea usted el ente de ficción, el que no existe en realidad ni vivo ni muerto (...) que no sea más que un pretexto para que mi historia corra por el mundo.” (cap. 33).

En ambos casos, el destino no depende de nosotros y de nada nos vale rebelarnos contra el