Al volver a casa, la mujer de Osbaldo le reprocha su comportamiento.

¡Hola, Osvaldo voy a decirte lo que me pasa! No podemos continuar así…
Bueno, he terminado de comer las pastas con salsa de hojas, muy bonitas
Cállate por favor, no puedo soportar más tu humorismo, como si fuera estupidez, un poco de serio Osvaldo ¡no eres un niño de cinco años! Tu estas de vacaciones por eso estas muy relajado pero yo trabajo todos los días…
El hecho que estás trabajando significa que no puedes soportar mis bromas pues no sabía que no te gustaba las hojas porque a mí me gustan mucho, pero el hecho que somos une pareja no quiere decir que debemos tener los mismos gustos…
¡Eres tonto o que, estoy cansada! Tu comportamiento me exaspera, todos los días entiendo bromas sobre bromas pero bromas que te hace sonreír solo tú, bromas de mal gusto, es increíble.
Pero he hecho pastas para ti, como sé que estas cansada y estresada me he dicho que hacerte reír un poco no te haría mal, pero es todavía mi culpa nunca te has preguntado que eres muy susceptible y sin humorismo.
No tengo ganas de entrar a casa para verte y entender como cada día tu humorismo de mal gusto, estoy harta de eso.
No vamos a tener una bronca por eso, voy a hacer esfuerzos pero me gustaría que tu también.
No tenemos el mismo carácter, así voy a hacer un esfuerzo yo también y sonreír mas a tus bromas.
Estoy contento, y para la cena te hare una ensaladilla de