Poesía en español, selección y análisis
FABRICA
Monstruo rojo que ruge;
Y por la chimenea de su nariz,
Arroja un vaho sucio
Y un negro hollín.
En medio de las casuchas
Del arrabal;
Su oblicuo lomo se yergue apenas,
Agazapado está.
Aguarda. Hacia sus fauces
Comienzan a afluir,
Hipnotizadas víctimas, hombres y niños
Del rojo monstruo diario festín.
Mas no se los devora,
Que un vampiro es la fábrica: sólo les chupará
Unas gotas de sangre;
Y así todos los días, treinta años vivirán.
Y la majada,
La majada senil
De hombres tuberculosos y de anémicos niños;
Todos los días, todos los días, va y viene. ¿Y?
Este poema está organizado en cuatro estorbas de cuatro versos cada uno; su métrica es irregular y la rima se alterna entre asonante y libre. Analizaremos en particular la mirada que transmite el poeta sobre la civilización industrial, de la que la “fábrica” del título funciona como una sinécdoque: se toma una parte de la civilización industrial para representarla a toda ella.
Entonces: la primera aparición explícita de la fábrica está en el título: una sola palabra. Incluso sin leer el poema, se podría esperar una crítica social, ya que el autor se adhiere al grupo de Boedo, cuyas inquietudes sociales se expresaban a través del cuestionamiento del orden establecido, y una fábrica es un símbolo de la civilización industrial.
Luego de aparecer en el título, la palabra “fábrica” se repite, explícitamente o no, en las siguientes metáforas: “monstruo rojo”, “la chimenea de su nariz”, “un vampiro”: todas estas metáforas asocian a la fábrica con connotaciones únicamente negativas, amenazantes, siniestras. El monstruo devora a “hipnotizadas víctimas”, es un vampiro que “les chupará unas gotas de sangre”. Por otro lado, las víctimas de dicho monstruo son su “diario festín” –lo cual habla de su sádico placer, por el parentesco entre “festín” y “fiesta”-, y aparecen como pasivas, sufriendo puramente la acción destructiva de la fábrica/monstruo. En